sábado, 29 de diciembre de 2012

Mis prejuicios: Los puristas


Anoche leí que György Ligeti era un gran fan de Supertramp. Toda la vida imaginando al maestro transilvano como una especie de Severus Snape de los cursos de Darmstadt, capaz de fulminarte con una de las fórmulas científicas de su pizarra si le proponías algo mínimamente parecido a un intervalo consonante, y luego el abuelito se emocionaba con los falsetes de Roger Hodgson. También decían que los programas televisivos favoritos de J.D. Salinger eran cosas del estilo “La ruleta de la fortuna”; toda la noción de que tus valores como artista, o como persona, deben reflejarse en tus gustos debería examinarse con lupa. A los cinéfilos responsables solo les gustan el expresionismo alemán, John Ford o Mizoguchi. Incluso hay un purismo de la caspa: van Damme o Seagal pueden valer, pero ponme una de Antonioni y te dejo de hablar.

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