lunes, 30 de diciembre de 2013

"Gishiki" (1971): El gran teatro de la sociedad


 
Tras la muerte, el renacimiento, pero, como el Sherlock Holmes vuelto de las cataratas, podría argumentarse que ya no era el mismo. Desde 1971, tenemos a un Oshima “depurado”, preocupado por dejar siempre clarísimo su mensaje (quizá por dirigirse mayormente a un público extranjero dados sus contratiempos en Japón) y adoptando muchos modos estéticos, típicos del cine de su país, hasta entonces repudiados. “La ceremonia” recuerda en muchos aspectos a “Noche y niebla…”, utilizando toda la puesta en escena suntuosa del “viejo cine”, pero pervirtiendo temáticamente su folklorismo plástico, mediante escenas de violaciones, incesto y abusos varios que vienen a simbolizar de manera bastante obvia la corrupción inherente a unas estructuras sociales heredadas de un feudalismo inmemorial. Desaparece el entretenimiento intelectual de extraer un significado fugitivo, pero la estructura en flashbacks y el pulso firme mantienen muy bien el visionado.

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