martes, 11 de septiembre de 2007

Luciano Pavarotti (1935-2007)


La gente enrollada no habla de Pavarotti en sus bitácoras. Desde Groucho Marx, los cantantes de ópera son payasos que no pueden dormir boca abajo por los botones demasiado grandes de sus pijamas, y desde Woody Allen, la música de Wagner es sospechosa de incubar el expansionismo racista en tu cerebro a base de grandilocuente épica mitológica (no sé cómo lograrían esto piezas como el preludio del primer acto de "Lohengrin" o los "Murmullos del bosque" de "Sigfrido", pero, hijo, lo dice Woody Allen y lo que dice Woody va a misa).

Se podrá mirar con cierta sospecha el melodramatismo de la ópera italiana, o habrá quienes vean en autores como Bellini y Donizetti la quintaesencia de un virtuosismo vocal tirando a vacuo, pero Pavarotti merece cierta reivindicación, a veces por razones "camp" (sus duetos en su serie de conciertos benéficos se cuentan entre los más surrealistas de la historia de la música), pero sobre todo por un motivo de peso que la mayoría de redactores de esquelas ha obviado por juzgarlo vergonzoso.

Y es que don Luciano no sabía solfeo, era un cantante autodidacta en gran medida que por esa razón abordaba raramente repertorios "modernos".

No se trata de una excepción única en la historia del canto (más de una voz legendaria ha cantado de oído) pero los homenajes periodísticos no han hurgado mucho en ello, y me extraña, porque ello convierte a Pavarotti en el ídolo de diletantes de todo pelaje. A lo mejor te falta el pedigrí, pero a base de tesón en desarrollar tu talento puedes llegar a la misma altura que (o sobrepasar a )otras personas que se han educado por el camino "aburrido", paso a paso, sin entrar directamente, a saco, en las áreas más difíciles pero que son justo las que motivan tu ilusión y tu vocación. También se dice que Barenboim estudió piano directamente con las sonatas de Beethoven. Claro que Barenboim siempre me ha caído bastante peor que Pavarotti.

Yo, que no estimo especialmente la obra de ese genio musical y dramático que fue Verdi, y no conozco casi nada a Puccini, tengo como única muestra de Pavarotti en mi discoteca su intervención en el "Réquiem" de Héctor Berlioz. Si es que yo ya lo estaba matando de antemano, como Agatha Christie a Hércules Poirot.

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