No puedo dedicar semejante elogio disfrazado de
condenación a “The nanny’s night”, pero por alguna razón la disfruté. Empezando
por su imposible voluntad de parecer una producción anglosajona rodando en
inglés, intención inmediatamente traicionada al ser evidente que los actores no
son nativos y dándole igual a todos los implicados a base de desparpajo, la película
puede recordar, por su falta de complejos y sus ganas de divertir a pesar de, o gracias a, los escasos medios, a las producciones de Norberto Ramos del Val, aunque sin el
afán por poner un chiste en cada escena que hace de Norberto una especie de
émulo en clave de serie B hispana de Zucker, Abrahams y Zucker.
Las dos niñeras que buscan sacrificar a una virgen para
conseguir favores diabólicos no son una temática nueva ni siquiera en la
Muestra (sin ir más lejos, en el 2019 vimos “Satanic panic”, de temática muy
relacionada) y eso sin hablar de cierta producción bastante vista de Netflix,
pero el ritmo está bien mantenido y si algunos chistes no son los mejores al
menos te los cuenta alguien que te cae bien. Es una película que apela al
sentido de la amistad entre los aficionados, los que se van a alegrar de volver
a ver a Diana Peñalver tantos años después de “Braindead” (y de “Fotos” de Elio
Quiroga) o los que celebrarán el cameo estelar de Antonio Mayans y Lone
Fleming, todo un guiño a los tiempos idealizados del “fantaterror” mucho más
que cualquier escena post-créditos de las películas Marvel. Amén de que en la
presentación noctámbula por parte del equipo artístico, sentí que se nos trató
mucho más como adultos de lo que nunca ha hecho Dolera: en lugar de Huesitos se
nos arrojaron preservativos Control. Tengo uno de ellos. Ahora mismo es un poco
dudoso que vaya a poder utilizarlo en los dos años que quedan hasta su
caducidad, pero el detalle se agradece.
La otra peli de medianoche, “Slumber party massacre”
tiene el cierto hándicap de ser un original del canal SyFy, lo cual limita a
priori lo lejos que puede llegar en violencia dentro del género “slasher”, pero
a la postre puede resultar curiosa a los que gusten del subgénero por el cierto
gracejo con el que intenta responder al machismo que siempre se considera
inherente a este tipo de películas (a algún amargado le sentarían mal las
bromas inocuas sobre “masculinidad frágil”, pero hay que reconocer que la
escena en la que un “tío bueno” luce su físico bajo la ducha es graciosa). Tengo entendido que se trata de un remake, o de un reboot, de una saga "slasher" iniciada en los 80, con lo cual quizá amén de homenajear se pretenda un poco redefinir un subgénero para estos tiempos revueltos...
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