Lo que solía defraudarme de Paul Thomas Anderson era que
dedicase tanto tiempo a remachar un mensaje ya muy obvio desde el principio: en
“Magnolia”, los padres te arruinaban la vida; en “Pozos de ambición”, la
avaricia rompía el saco. Por eso
sorprende favorablemente que “The master” no sea una denuncia de las
religiones, sino que se centre en la soledad del primate hedonista que no tiene
nada por que luchar y que se aferra en sus sueños a la imagen de una hembra
poderosa y salvadora hecha de arena que viento y marea barrerán. El gurú,
aunque en el fondo también esté perdido, es el macho alfa que desnuda a las
mujeres cantando y bailando. Una pena que Phoenix subraye tanto el carácter
simiesco y primitivo de Freddie Quell (vaya apellido: “apaciguar”). Parece que
estemos ante un nuevo Nicholson.
No marigolds in the Promised Land: There's a hole in the ground where they used to grow.
jueves, 28 de febrero de 2013
miércoles, 27 de febrero de 2013
"Amour" (2012)
lunes, 18 de febrero de 2013
"Saya-zamurai" (2010)
Para que un cineasta japonés llegue a Occidente, tiene que
calzarse la parafernalia de katana y tonsuras marciales. Así, sorprende solo
relativamente que Hitoshi Matsumoto, humorista televisivo (como Kitano) y
director de “Gran hombre de Japón” y “Symbol”, nos dé su versión del chambara.
Claro que, apenas comenzados, estamos casi en “Samurai Champloo”, entre los
anteojos del protagonista y los estrambóticos cazadores de recompensas, con
especial mención para Gori-Gori, el Asesino Quiropráctico. Después, la galería
de performances absurdas que Kanjuro ha de realizar para el joven señor para
hacerle sonreír si no quiere ser obligado a la performance absurda definitiva,
el seppuku. Para Daudet era ir sacándose trozos de cerebro dorado, para
Kanjuro, que perdió la espada, ser héroe es hacer el ridículo con pundonor,
ganándose el derecho a ser leyenda y enorgullecer a su hija. Hasta aquí puedo
leer.