miércoles, 27 de febrero de 2013

"Amour" (2012)

 
Dado mi desprecio hacia el minimalismo, siento cierta rabia cuando alguien encuentra un pretexto válido para hacer una de esas películas rodadas en el piso grande de tus padres, al estilo de aquellos cortos de aficionados en los que currabas tanto, no cobrabas y no ligabas. Pero una pareja anciana no necesita secuencias de acción ni grandes escenarios. Haneke ya no provoca: si antes cortaba la cabeza a una gallina, ahora deja vivir a una paloma. Sigue siendo incómodo (recordar al público que envejecerá y morirá no solía ser la mejor manera de ser invitado a las fiestas… hasta los Óscares 2013), pero filmar una muerte sórdida como un acto supremo de afecto tiene mérito. Era hora de reconocer a la semiolvidada Riva, pero mi mayor admiración (y cierta pena, pues a primera vista no lo reconocí) fue para Trintignant.

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