"Amour" (2012)
Dado mi desprecio hacia el minimalismo, siento cierta rabia
cuando alguien encuentra un pretexto válido para hacer una de esas películas
rodadas en el piso grande de tus padres, al estilo de aquellos cortos de
aficionados en los que currabas tanto, no cobrabas y no ligabas. Pero una
pareja anciana no necesita secuencias de acción ni grandes escenarios. Haneke
ya no provoca: si antes cortaba la cabeza a una gallina, ahora deja vivir a una
paloma. Sigue siendo incómodo (recordar al público que envejecerá y morirá no
solía ser la mejor manera de ser invitado a las fiestas… hasta los Óscares 2013),
pero filmar una muerte sórdida como un acto supremo de afecto tiene mérito. Era
hora de reconocer a la semiolvidada Riva, pero mi mayor admiración (y cierta
pena, pues a primera vista no lo reconocí) fue para Trintignant.
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