miércoles, 3 de octubre de 2007
Godard, cineasta Universal
Los cinéfilos clasicotes y de buen rollito no se cansan de proclamar a Truffaut como mejor cineasta de la nouvelle vague. A mí, ya veis, me gusta Truffaut, pero lo he visto siempre un poco hipervalorado, me parece un hombre que se esfuerza más en caer bien a través de su cine (lo cual, claro está, consigue), que en crear nuevas formas, abrir nuevos caminos o en general sacar los pies del tiesto.
Por eso Truffaut, simpático y populista, es un magistral autor de telefilms (es de los pocos directores cuyas obras mejoran sistemáticamente vistas en pantalla pequeña), y Jean-Luc Godard, que a menudo provoca ganas de estrangularlo, es un talento único del cine, diferente, creativo, provocador, irritante, capaz de jugar con el tiempo fílmico como ningún otro, y si no fijaos en el reciente reestreno de “Vivir su vida” , que hacía vivir sus escasos 80 minutos de duración con una intensidad pausada que algunos llamarán aburrimiento aunque no es exactamente eso.
La mala leche hacia la sociedad, la genuina extrañeza de los encuadres y montajes aun 40 años después, la desfachatez “pop”, las ganas de tomar un poco el pelo a un público intelectualoide dispuesto a tragarse cualquier cosa mientras sea “cultura”, los chistes bordes, el pesimismo que subyace bajo los alardes de ligereza, compensan a menudo, sobre todo en la primera época de Godard, lo árido que puede hacerse a veces su cine, lo exasperante de algunas de sus sobradas.
Por eso me alegro de que la distribuidora Universal edite en DVD ocho títulos del cineasta más grande que ha dado Suiza (hipérbole godardiana que seguramente obvia los orígenes helvéticos de algún clásico emigrado a Hollywood).
“El soldadito”, la peli que ya empezó a defraudar a los que adoraron “À bout de souffle” tiene mucho de espinosa denuncia política y recuerdo de ella una secuencia de torturas que en su día me impresionó. “Lemmy contra Alphaville” es un clásico de la CF “povera” lleno de una ambientación seudo-futurista estrictamente contemporánea y multitud de guiños “pulp” (empezando por el protagonismo del entrañable Eddie Constantine o del futuro actor fetiche de Jesús Franco, Howard Vernon) que compensan su a veces plúmbeo intelectualismo. “Pierrot el loco” tiene mucho de recuperación de las ideas de la ópera prima, con esa mezcla de espíritu juguetón y desesperanza que hizo únicos los años 60. “Made in USA” en su momento me interesó menos (y me da que se edita porque Tarantino la homenajeó en “Kill Bill” con esos pitidos que se oían cuando alguien pronunciaba el verdadero nombre de La Novia).
Uno podría quedarse ahí, pues el salto a los 80 es irregular. “Pasión” , salvo el genial uso en el inicio del maravilloso “Concierto para la mano izquierda” de Ravel, no me dejó un recuerdo imborrable, ni siquera de la locura que sí se apoderaba por momentos de los fotogramas de “Nombre: Carmen”, con el efímero sex-symbol Maruschka Detmers entregándose a estrafalarios tiroteos. “Detective” mira con cierta sorna las convenciones de la serie negra y cuenta con Johnny Hallyday y musica de Honegger (si bien da pena ver a un Jean-Pierre Léaud envejecido, triste y gordo), y “Hélas pour moi”, el encuentro Depardieu-Godard, es una soberana frikada en la que Dios se encarna otra vez como hombre y la sinopsis de la contraportada cita obras y autores de lo más sesudín ante la dificultad de hallar un hilo argumental claro. En fin, que estas últimas son para valientes.
Pero desde luego es mejor que las edite Universal que no editoras pequeñas y elitistas del tipo Sherlock o Filmoteca Fnac, pues la despiadada explotación de sus productos típica de una empresa multinacional motivará que los viciosos del consumo, cuya lujuria no se calma con descargas gratuitas, podamos adquirir estas pelis, el año que viene o el siguiente, a 5 o 4 euritos unidad, mientras las modestas compañías que aman sus lanzamientos nos seguirán cobrando 18 eurazos incluso cuando el DVD sea un formato anticuado y “cool” en círculos “indies”, como lo es hoy el vinilo.
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2 comentarios:
Increíble película la maravillosa Alphaville, y coincido en general con lo dicho sobre Godard.
Felicitaciones por el blog.
Saludos!
Godard a menudo no se hace amar, pero cuando muera resultará que a todo el mundo le gustaba, como este año Bergman y Antonioni. Sus últimas pelis, como "Elogio del amor" o "Nuestra música" son verdadero cine ensayístico que podrá no gustar, pero sigue buscando y explorando, trabajo sucio que alguien tenía que hacer.
Y sí, "Alphaville" es de veras fascinante hasta en sus momentos más lánguidos.
En la colección de Universal echo de menos sobre todo tres títulos: "Una mujer es una mujer", que me parece la maravilla ignorada de Jean-Luc, amén de una comedia bien divertida, "Masculin féminin", estudio sociológico con dardos bastante envenenados hacia el comportamiento amoroso de los franceses de entonces, y "Una mujer casada", que detesté en primer visionado pero me ha ido ganando por variadas razones.
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