jueves, 5 de febrero de 2009

Flashback: Loco por tus huesos (Capítulo V)


En la Praga del siglo XIX, siembran el pánico los llamados, en titulares, “Crímenes del Arlequín”. En la Ciudad Centro de 1998, una persona vestida con el mismo atuendo se cubre con el abrigo negro, careta y sombrero que ya conocemos por vérselos al Desconocido, preparando su daga emponzoñada fabricada con colmillo de elefante para volver a matar.

En la mansión Valli, Boris, estupefacto, observa casi fascinado sangrar a Vera sobre el lecho.

Sin sospechar siquiera el estado de su hija, Geller Bach mantiene un conciliábilo secreto con Monseñor de Soto, durante el cual se requieren los servicios como animadora sexual de Ada Valli, a quien se tapan los oídos para que no escuche nada (el poder de seducción y dominio del Monseñor sobre sus acólitas es proverbial). Durante la entrevista, de Soto muestra a Bach un frasco que contiene un minúsculo feto humano.

Sin sospechar siquiera qué hace Ada, pero obsesionado por su recuerdo, algún jueves sabremos por qué, y a la par enfurecido por su falta de avances en el caso Irina, el inspector Tanner deja los alucinógenos y se interna en las drogas duras.

Para rescatar a Bungle, su mascota, Jason Michael contrata a Takeshi, un siniestro detective y asesino oriental medio ninja.

Irrumpiendo Vernon en la habitación de Boris, advierte el estado de Vera y la somete a una curación de urgencia, haciendo gala de grandes conocimientos médicos. Aquí comienza el interés de Boris por la carne.

En su domicilio, Malou, que dibuja historietas pornográficas bajo seudónimo para llegar a fin de mes, inspirándose en su gata, Foxy Lady, que es tan sexy como su nombre, recibe una llamada a la puerta. Es el asesino.

(Continuará)

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