viernes, 19 de junio de 2009
Flashback: Loco por tus huesos (Capítulo XXIV)
La investigación sobre los crímenes en torno a “Casa Usher” se halla paralizada por falta de pruebas, y mucho más desde que Pedro Arteaga ha abandonado sus pesquisas, obsesionado por el recuerdo de su ingeniera muerta y por la gloria súbitamente a su alcance, mientras improvisa sin parar al piano en un estilo atonal que nunca había sido el suyo.
Vera Bach tiene el sueño más erótico de su vida, siendo incluso consciente de la humedad entre sus piernas. El incontenible orgasmo la despierta... para topar con la mirada, pegada a sus ojos, del chimpancé Bungle. Vera chilla, no se sabe si de susto o de placer.
En una sórdida habitación de hotel, Orlando e Irina se aparean sin prisas y sin necesitar anticonceptivos, con la televisión puesta, cuando de repente es emitido el último videoclip de Jason Michael, su versión de “Bungle in the jungle”, lo cual motiva que ella aparte y saque de su cuerpo de malos modos a él, aún lejos de la eyaculación, suba el volumen del aparato hasta provocar protestas vecinales, y apunte a la pantalla con sus dos pistolas. Visto el panorama, Orlando decide terminar él solito.
Papa Vendredi, cubierto de una pelliza, rastrea al estilo zahorí los paisajes nevados frecuentados últimamente por Takeshi y Pamela.
El verdadero inspector Tanner recibe la visita de Monseñor de Soto. Este le otorga su pésame, puesto que le anuncia su próxima muerte violenta, pero a la vez lo felicita por ser el progenitor de toda una nueva generación iluminada. Pero Tanner piensa en Ada y apenas escucha.
Carla huye como puede de Flowers y su musculoso asistente Ramón, sin que ninguno de los numerosos transeúntes mueva un dedo por socorrerla. De improviso, un callejón sin salida le bloquea el paso.
(Continuará)
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