viernes, 2 de noviembre de 2007
Películas que no se estrenan en versión original
Ya aludí a ello en una entrada anterior: aun en un supuesto paraíso del cine en versión original como la ciudad donde vivo, Dios no acaba de estar del todo en su cielo. Prueba de ello es que en los últimos tiempos me he quedado más de una vez con tres palmos de narices cuando más de un título que tenía en mi lista de preferencias desde meses atrás se exhibía únicamente en versión doblada, y no hay tu tía.
Dado que en mi entorno inmediato soy el único cultureta que se la coge con papel de fumar y abomina del doblaje, aún tengo que explicar por qué no soporto la impostura de que se reemplacen unas voces por otras, de que se traduzcan los diálogos a saber cómo por simples razones pragmáticas de hacer coincidir la duración del texto original con el doblado, que haya una bilabial cuando vemos que el actor o la actriz las articulan, etc., eso por no hablar de las interpretaciones competentes pero estandarizadas de los dobladores (como buenos funcionarios que lo doblan absolutamente todo, no pueden permitirse llorar o berrear hasta quedarse roncos, cosa que sí hacen a menudo las voces originales; la versión doblada es la versión fría) o la desaparición de efectos sonoros como la disposición espacial (ninguna voz doblada llega desde lejos, sino desde dos milímetros del micro) o la distorsión en personajes terroríficos o monstruosos. Pero en fin, es una batalla perdida más.
Mientras tanto, me quedé sin ver: “Guardianes del día”, continuación de “Guardianes de la noche”, aquella marcianada rusa que tantísimo rechazo causó por el mero hecho de ser diferente al modelo anglosajón de ese tipo de películas, pero ofrecía más puntos de interés de lo que se reconoció en su día (o se reconoce ahora); “Stardust”, la adaptación del libro de Neil Gaiman, erróneamente asimilada a fantasías infantiles y juveniles del estilo “Los tres signos de la luz”, y que mediante esta brillante maniobra se verá privada del tipo de público que mejor podría comprenderla; o las producciones recientes de Judd Apatow, “Supersalidos” o “Lío embarazoso”, tan elogiadas por ahí fuera pero condenadas por mala promoción y falta de vista por parte de los distribuidores al limbo comercialoide de las películas que se denuestan sin haberlas siquiera dado una oportunidad (mientras que otra comedia de esta onda, “Pequeña miss Sunshine”, pese a ser un film muy discreto, consiguió una magnífica respuesta entre los “enterados” por pulsar los dos o tres botones que aseguran un aplauso progre inmediato).
Si nos ponemos a contar, Madrid cuenta con unas 50 pantallas en versión original, utopía inalcanzable incluso para importantes capitales de provincia españolas donde ni siquiera llegan todos los estrenos relevantes de la temporada. Con un poco de organización, no debería ser tan complicado ofrecer una sección cruzada de los mejores títulos del año en todos los géneros, pero uno se huele que el público “intelectual” de estas salas tiene unas prioridades ya muy fijas: es mejor aburrirse con Jia Zhang-Ké y luego debatir sin el menor conocimiento de causa sobre la incomunicación en la sociedad china (una prueba del despiste del público de “Naturaleza muerta” es su incomprensión de lo más gracioso de la peli: las coñas marineras en torno a Chow Yun-Fat, que no despertaban ni media sonrisa en la platea) que entretenerse con una peli fantástica de pinta chunga, o con algo que te venden con una pinta de comercialada “made in USA” que echa para atrás.
Aun así sigo sin explicarme cómo “Eragon”, un cúmulo oportunista de lugares comunes de la fantasía más “potboiler” se estrenó en versión original, y “Stardust”, que a poco que siga con honradez el original literario será como mínimo sugestiva, y encima cuenta con nombres como Robert de Niro y Michelle Pfeiffer (haciendo de una malvada bruja que encima ¡envejece!) nos la tenemos que tragar doblada en multisalas a buen seguro llenas de familias con niños que se creen que van a ver “Las crónicas de Narnia”.
Para colmo de males, soy anti-mula, por lo cual deberé esperar al lanzamiento oficial en DVD para ver estas películas de una manera parecida a la que yo quiero, y digo parecida porque sigo apegado al impacto de un buen pase en pantalla grande, experiencia que deberemos seguir aprovechando mientras aún la tengamos. Un día no demasiado lejano nos quedaremos sin este lujo. Lo sabeís al igual que yo.
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7 comentarios:
Confieso que a mí me gustaba más ira a los cines de subtitulada porque tenía asumido que el tipo de público que los frecuenta es más educado. Iba a los cines Luna, ahora ya cerrados, porque tenían la particularidad de ofrecer los estrenos más comerciales en VOS, y solía ser el cine más desahogado en los grandes estrenos. La popularización del subtitulado, el fin del "gueto cultural", acabó también con eso. Dejé de ir al cine, en el pasado uno de mis mayores vicios, el día que en los Ideal un matrimonio de unos 50 años sacaron, a mitad de proyección, un bocadillo de tortilla con pimientos envuelto en papel albal.
Yo soy de los que vivo en zona sin posibilidad de ver cine de estreno en versión original y desde la llegada del DVD lo llevo mucho peor: me he acostumbrado a verlo casi todo en VO y aunque tengo todavía estómago para ir al cine cada vez se me hace más cuesta arriba.
Más que más horas de inglés en el colegio urge que, de una vez por todas, el gobierno coja el toro por los cuernos y obligue el estreno del cine extranjero en VO con subtítulos, las series se echen por la tele igual... Pero supongo que la industria del doblaje, en este país una institución "equiparable" a la del vino o el turrón, es un lobby que no se quiere "menear".
Por cierto, yo fui de los que también disfrutó con "Guardianes de la noche". Mucho. Lo único que me chirrió fue el ritmo, no por su ausencia sino por su cadencia leeeeeentaaaa, demasiado para una película de (en el fondo) acción. Tengo muchas ganas de ver "Guardianes del día", que me la he perdido, y (no me molesta reconocerlo) la adaptación de "Wanted" que ha rodado en jolibud Timur Bekmambetov.
Totalmente de acuerdo con su cabreo. Es que llevo dos visitas sseguidas al cine sin opción VO (las nombradas en el post Supersalidos y Stardust).
Y, sí: también me jode que algún pestiño coreano se tire dos meses en los Cines Renegríos y, no sólo que no se puedan ver algunos títulos en VO: es que, a veces, es casi imposible ver películas (en apariencia) comercial en salas: O vas el primer fin de semana a una sala a tomar por culo o te fastidias. Ahí está, por ejemplo, esa maravillosa semana de 'Shaun of the Dead', la mejor película de hace dos años, en sólo un par de salas del extrarradio.
Kaplan: Qué grandes los cines Luna, con todo ese ambiente de prostitución, droga y vicio en derredor. No sólo es que estrenasen allí las pelis más comerciales en V.O., sino que eran los únicos que creían en el terror chungo, que ya nadie estrenará con letreritos. Allí disfruté yo, por ejemplo, de "Alta tensión", o, en la que terminó siendo mi despedida de las salas, el primer "Saw".
Nacho: Vamos, intentan imponer por decreto lo de la V.O. y se monta la de Dios es Cristo, con manifestación del PP por Serrano incluida. Respecto a "Guardianes de la noche", ya he leído por ahí varios comentarios muy interesantes que la ven como el mejor reflejo fílmico del caos y la sinrazón de la era Putin, lo cual se intensifica al parecer en la secuela, donde sube el coeficiente de violencia y se nota un esfuerzo deliberado por que cuanto menos se entienda de la historia, mejor. A mí me admira que los supuestos "blockbusters" de la nueva Rusia sean unas pelis tan sumamente marcianas.
Paco Fox: Están locos estos distribuidores, sin duda. Pero el caso de "Zombies party" (homenajeemos ese gran título español, por favor) no es aislado. Por poner sólo un ejemplo, me acuerdo de un "euro-thriller" que me llamó la atención en el verano parisino del 2002: "La sirena roja", con Jean-Marc Barr y Asia Argento. Como no tenía tiempo, pero tenía pinta de ser una de esas comercialadas estrambóticas "made in France" por las que siento una fascinación malsana, me dije: ya llegará a España. Llegó finalmente ¡en el 2006! en una única pantalla de ¡Collado Villalba!
Bueno, usted por lo menos tiene la posibilidad de ver algunas películas en V.O.S.E. Yo, mientras tanto, tengo que tragármelas todas dobladas, pues sólo hay un cine en mi ciudad, que encima exhibe únicamente joyas del estilo de "Resident Evil: Extinción" o "Saw IV". Ya me he tenido que desplazar unas cuantas veces a Madrid para poder disfrutar como debe ser de "Death Proof" o "Cassandra's Dream".
Estoy con Nacho: al igual que ya sucede en multitud de países, todas las películas y las series de televisión deberían ser ofrecidas en su idioma original con los pertinentes subtítulos, pero en el excepcional caso de España, ya sabemos que aquí las cosas siempre se suelen hacer de un modo más difícil.
Lo peor de todo esto es que hay doblajes que llegan a destrozar películas enteramente y encima generan una opinión equivocada acerca de las mismas: pasó el año pasado con "Borat", y este año ya está ocurriendo con "Death Proof" y con "Superbad". Y lo que nos quedará por soportar...
¡Un saludo!
Lo más triste de todo es que el origen del doblaje "moderno" en este país viene del inicio de la dictadura franquista, en el que se buscaba uniformizar España a base de imponer una única lengua y controlar lo que veían y oían los españolitos, no fuese que alguna película extranjera (p.e. "Casablanca") les hiciese pensar cosas "malas". Y desde entonces... hasta ahora.
Con razón vivimos en el país donde peores puntuaciones se sacan en la primera lengua extranjera. Y donde menos estudiantes cursan una segunda lengua extranjera.
Como curiosidad, para solucionar este último tema los alumnos de secundaria ya no pueden optar en primero de ESO entre, generalmente, francés y otra asignatura (taller de comunicación, taller de matemáticas...). Ahora todos estudian francés salvo los que hayan necesitado un apoyo en lengua en primaria, que, menos mal, pueden centrarse en un taller. Una forma "bruta" de maquillar las estadísticas.
Estoy convencido que haciendo lo mismo que en resto de europa nos iría mucho mejor.
Jaime: Lo que yo básicamente quería decir con la entrada es que, incluso en zonas "privilegiadas" como la mía, algo huele a podrido. Se identifica demasiado V.O. con "pose cultureta", sin darse cuenta de que el sonido original es tan imprescindible para el cine de Michael Bay como para el de Kim Ki-Duk. E incluso me jugaría algo a que películas como "Zombies party" que citaba Paco Fox, habrían recaudado mucho más de haber sido estrenadas en salas de versión original.
Sobre los doblajes que destrozan películas enteras, sólo citemos el ejemplo tópico que todos tenemos en mente: "El resplandor", que hoy en día goza de un estatus clásico pero ha arrastrado una reputación de mierda puñetera durante unos 20 años. Y uno se pregunta por qué...
Nacho: Por lo menos, si el francés ha dejado de ser optativa obligatoria, los profesores podrán hacer algo que hasta ahora no se les ha permitido en esa materia: ¡suspender a los alumnos!
Si me preguntas qué se puede hacer por remediar el pobre estado de la enseñanza de lenguas en nuestro país, pues no sabría qué responder. Aunque lo que dices tiene un fondo de razón: yo empecé a ver versiones originales a los 15 o 16 años, por cinefilia, y sin darme cuenta he sacado de ello gran parte de mis habilidades de comprensión auditiva y expresión oral en inglés.
Pero bueno, ya se sabe que hablando una lengua que comparten más de 300 millones de personas, ¿para qué vamos a aprender otras? ¡Que aprendan ellos la nuestra!
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