sábado, 25 de diciembre de 2010

Captain Beefheart (1941-2010)


He de confesar que, pese a la producción de mi amado Zappa, jamás he sido capaz de pasar de la sexta canción del “Trout mask replica”, aquel álbum que supuestamente era el favorito de Kurt Cobain y que al parecer usaba como peculiar banda sonora para sus revolcones con Courtney Love. Nunca he sido capaz de entenderlo cuando canta, ni de comprender por qué mucha gente a la onda (incluido otro favorito mío, Andy Partridge) pone las locuras de Beefheart, que a veces suenan a delirio colectivo de frikismo y droga, por encima de cualquier creación del líder de los Mothers of Invention. Pero al final a uno le tiene que caer bien este extraño personaje capaz de reinventar las tradiciones del blues con un poder visceral y una voz únicos, capaz de asustar con sus aullidos al público más abierto “de boquilla”, y capaz de retirarse del mundanal ruido, con una caravana, en mitad del desierto de Mojave, para pintar expresionismo abstracto. Es el atractivo inmortal del outsider, el marginal, el mismo que nos lleva a reivindicar hasta la muerte, por original, la música de Harry Partch, aunque, en la intimidad de nuestro hogar, admitamos que a los veinte minutos se nos empieza a hacer un poco larga.

1 comentario:

Dr. Hichcock dijo...

¡Vaya! No sabía que se había muerto. También conozco a zappianos que no lo soportaban. Un rato raro sí que era.