Algún francés vería en los 50 dos películas de Mizoguchi y
una de Ozu y decidió sin más que las esencias del cine japonés eran contención,
sutileza y ritmo pausado. Luego, al encontrar su primer Suzuki o Masumura, uno
piensa que alguien le mintió. Tetsuya Nakashima es otro de los que se orinan
desde la Torre de Tokio en esta idea preconcebida. “Memories of Matsuko” es una
“Amélie” que contrasta el optimismo risueño con malos tratos, prostitución,
violencia y suicidio, mediante una paleta recargada de colorines, encuadres
abigarrados, guiños constantes al J-Pop y al musical clásico y un melodramatismo
sin complejos ya desde los créditos en romaji, emulando a los del Hollywood de
los 50, en un juego inagotable de ironías sobre el influjo del cine occidental.
Un descubrimiento para paladares eclécticos, no recomendado para puristas forofos
de Mikio Naruse.
sábado, 15 de diciembre de 2012
"Memories of Matsuko" (2006)
Etiquetas:
Cine,
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Tetsuya Nakashima
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