jueves, 30 de abril de 2020

514: XVII Muestra SyFy III: Si eres perro, ¡huye!



La película tailandesa “The pool”, la misma que nos descubrió que en el idioma de aquel país “¡Socorro!” suena algo así como “¡Cthulhu oe!”, nos reveló también, aparte de que mucho público siempre va a decir que una película que saca un aprovechamiento máximo de medios mínimos es mala, el recurso universalmente efectivo para impresionar y conmocionar a un público del 2020 nacido y crecido entre algodones: basta con que un perro que aparece en la historia muera o sufra un horrible destino. La mascota del protagonista de “The pool”, para más recochineo, llevaba el nombre “Lucky”, pero cuando apareció por primera vez en pantalla solo nos llamaba la atención el cocodrilo con el que nuestro héroe se veía obligado a compartir el fondo de una enorme piscina vacía sin escaleras para salir de ella (norma rigurosa cuya razón a nadie se le ocurre explicar). Parece todo una tontería pero considero que mantener la atención del espectador con una premisa así durante 90 minutos es un mérito en sí mismo, independientemente de la calidad del CGI del cocodrilo, de si hay unos huevos que cambian de tamaño de un plano a otro, de si es posible que haya túneles subterráneos que llevan a donde parecen llevar, o, mi eterno favorito, si los personajes toman las decisiones correctas en cada momento (un clásico de las malas críticas de los terrores y slashers: supongo que todo el mundo, en situaciones de vida o muerte con el Jason o Michael Myers de turno en los talones, se convierte en todo un von Clausewitz de la estrategia, viendo con claridad cristalina todas las mejores opciones ante ti). Sabes que estás en este tipo de festival cuando tienes delante una peli tan insensata, y de hecho gran parte de la diversión reside en lo insensata que es. Pero lo de Lucky la verdad es que dolió. No contaré lo que le pasa porque es spoiler y si sois un poco moñas respeto vuestro derecho a traumatizaros vosotros mismos.



Pero no es que fuera solo Lucky. Veamos, si Lucky es 1), 2) es el perro zombi de “Blood quantum”, 3) el perro del negro de “Synchronic” que termina atrapado en el tiempo con el Ku Klux Klan, 4) es uno de los perros de “Bacurau”, al cual, cuando preguntan a Udo Kier si lo mató de un disparo, contesta “Hell, no”, 5) es una especie de engendro infernal de “The cleansing hour”, 6) es el perrito de los niños de “The lodge”, incapaz de aguantar los rigores del invierno, 7) es el perro lobo de Nicolas Cage en “The color out of space”, 8) son los sabuesos robóticos que atacan al protagonista de “Human lost” y 9) es el perro del guardabosques en “The boy II”. Y tal vez se me olvide alguno, pero lo que está claro es que los guionistas de las pelis de esta Muestra, tal vez la última antes del apocalipsis humano, no se cortaron mucho a la hora de hacer una apelación barata a las emociones de un público que se ríe y aplaude si despanzurran a humanos en pantalla, pero llora amargamente si a un pequeño amigo a cuatro patas le pisan el rabo.

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