Ambiciosa coproducción internacional posibilitada por la
notoriedad de “El imperio de los sentidos”, “Mr. Lawrence” plantea la
reconciliación post-bélica entre Japón y los aliados de manera curiosa: el alto
mando nipón llegó a cotas de fanatismo enfermizo a base de sublimar su
homosexualidad narcisista, pero el japonés llano, vulgar y borrachín,
simbolizado por Kitano, tiene un buen corazón bajo su exterior cabroncete y un
pelín sádico. Oshima parece ponerse en la piel del ex enemigo al ver en las
novatadas de un colegio inglés un cierto parentesco con la crueldad social japonesa,
y es todo un detalle por parte del Bowie actor el saber cantar mal si lo pide
el guión. Pero el comandante británico parece de parodia, y da pena que el
cineasta fascinado de siempre por las mujeres se ganara una reputación “queer”
a causa de esta peli.
martes, 31 de diciembre de 2013
"Merry Christmas, Mr, Lawrence" (1983): Amar al enemigo
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