miércoles, 1 de enero de 2014

10 razones por las que se suele odiar a Herbert von Karajan



1 – Se le considera el epítome del egocentrismo y clasismo de los maestros orquestales (bien conocida es la anécdota del filarmónico berlinés quejándose de que hubiese dos servicios para la orquesta, uno exclusivo para Karajan y otro “para el resto de los hijos de puta”).


2 – Para muchos simboliza el derechismo alemán superviviente de la época hitleriana (no es que hubiese tenido un carnet del partido nazi, es que tuvo dos: el alemán y el austriaco).

3 – Los forofos de la interpretación HIP consideran que todo lo que pasaba por su batuta terminaba sonando a Wagner ( y no digo ya si ponía sus manos en el sacrosanto barroco).

4 – Los detractores del “gran repertorio” piensan que fosilizó la lista de obras que se suelen interpretar, centrándola de modo nacionalista en la música alemana y austriaca.

5 – Se le reprocha hacer poco caso a los clásicos del siglo XX (salvando su discutido álbum Schoenberg-Berg-Webern… y dos sinfonías de Honegger).

6 – Se ridiculiza su puesta en escena solemne, cimentada en sus colaboraciones fílmicas con Henri-Georges Clouzot, donde nació la peculiar iconografía del director que ¡no mira a los músicos!

7 – Los buscadores de la verdad artística dicen que para él lograr un sonido bonito pasaba por encima de cualquier otra consideración.

8 – Es visto como el gran pionero de la mercadotecnia en la música clásica, vendiendo discos básicamente a base de un nombre y una foto.

9 – Los elitistas de pro, que desearían que la música clásica fuera privilegio de unos pocos, le tienen rencor por haber llenado las estanterías del populacho de sinfonías de Beethoven.

10 – Los miembros de la Filarmónica de Berlín se veían obligados a reírle, durante los ensayos, sus chistes malos sobre Willy Brandt.

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